SUSPENSIÓN DEL TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE BOLIVIA Y CHILE.

La nueva viceministra de Comercio Exterior de Bolivia, Ana María Solares, desahució hoy virtualmente la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile, negociado por el pasado gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
En declaraciones a la agencia local de noticias ANF, Solares dijo que la nueva administración del presidente Carlos Mesa suspendió indefinidamente la suscripción del TLC, que estaba previsto para este mes, porque el acuerdo iba a acrecentar el déficit comercial de Bolivia respecto a su vecino.
Dijo que hasta que el anterior gobierno comenzó a negociar el TLC, la posición boliviana apuntaba a perfeccionar un Acuerdo de Complementación Económica (ACE) firmado en 1993, para equilibrar la balanza comercial.
Sin embargo, agregó, 'nos embarcamos en la negociación de un TLC que tiene el riesgo, desde la perspectiva netamente económica, de profundizar el desbalance bilateral', señaló Solares, una experta en la materia.
Las declaraciones de la viceministra fueron precedidas por la del canciller, Juan Ignacio Siles, en el sentido que no se firmará ningún acuerdo que no cautele los intereses bolivianos.
Siles señaló también que el TLC era muy de interés especialmente para la oriental región de Santa Cruz, a cuya élite empresarial pertenece el canciller de Sánchez de Lozada, Carlos Saavedra.
El acuerdo negociado por el anterior gobierno abarcaba, dijo Solares, los servicios de transporte aéreo y turismo, lo que hubiera incrementado el déficit comercial boliviano respecto a Chile, que en 2002 alcanzó 92 millones 800 mil dólares.
Precisó que en el caso del transporte aéreo, el tratado suspendido preveía el otorgamiento a aerolíneas chilenas de la 'quinta libertad', consistente en la facultad de transportar pasajeros entre ciudades bolivianas y terceros países, lo que hubiera afectado a la compañía boliviana Lloyd.
Según Solares, las crecientes diferencias en el comercio bilateral de bienes y servicios, incluso en lo informal (contrabando), deberían provocar una profunda reflexión sobre cómo encarar las negociaciones con Chile.
Al respecto, se pronunció por perfeccionar el ACE, si existe voluntad política de equilibrar o reducir la asimetría existente en la relación comercial con Santiago.
Solares se refirió también al argumento del pasado gobierno de Sánchez de Lozada -obligado a renunciar el 17 de octubre por una gran movilización social reprimida con un saldo de más de 80 muertos- de que Chile abriría su mercado a la producción chilena por cinco años, antes de que Bolivia hiciera lo propio.
Dijo que esa oferta es antigua, ya que fue hecha por Santiago en 1998, cuando se comenzaron negociaciones para profundizar el ACE con miras a un mayor equilibro comercial, pláticas interrumpidas por restricciones chilenas a la entrada de oleaginosas, carne y azúcar, productos estelares de exportación de Bolivia.
Las tratativas del TLC estaban pendientes de la definición del cupo de azúcar boliviana que Chile aceptaba introducir en su territorio, punto sobre el cual el vecino gobierno ofreció el jueves fijarla en 12 mil toneladas, unilateralmente e independientemente de la suspensión de la firma.
Al respecto, Solares, tras consulta con los productores azucareros, dijo que el volumen ofrecido por Chile 'no satisface en nada las expectativas del sector exportador'.
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